Una de las pocas joyas tradicionales alpujarreñas que aún se mantienen vivas son “los fandangos de la Alpujarra”, que engloba a la poesía repentizada, conocida por trovo, trovos antiguos que han quedado con el nombre de coplas que se interpretan acompañadas de guitarras, violines, laudes, bandurrias, palillos, platillos…
Estos fandangos se mostraban en diversas clases de bailes: “muanzas”, “robaos”, “zánganos”, etc. Las zonas en que aún se muestran de forma espontánea son bastante reducidas, por ser pocos los enclaves que lo conservan. Este es uno de ellos, por eso la importancia de este pequeño y coloquial evento.