MANU LÓPEZ MARAÑÓN 17 AGOSTO, 2023
Perfecto Herrera Ramos, además de Los esteros de las mareas, ha publicado los siguientes poemarios: Cuando pase el tiempo (Ediciones Albores), Luz vibrante en mar que riela (Lampedusa), Poemas Turineses (Instituto de Estudios Almerienses) y El sauz de los desvelos (Vitruvio). Este andaluz de Berja, licenciado en Derecho y miembro del Instituto de Estudios Almerienses en el Departamento de Arte y Literatura, ha participado con éxito en importantes galardones poéticos. Así, fue finalista del Concurso Ediciones Literarte 2010 de Argentina y ha ganado, entre otros, el Premio Erato en 2010 y el de Concurso de poesía convocado por ALCER en 2015.
Los poemas que conforman Los esteros de las mareas vienen divididos en tres innominadas partes pautadas con versos de Maurice Blanchot, Mario Benedetti y Oliverio Girondo —referencias importantes en la labor de Perfecto Herrera. Nosotros preferimos encarar este trabajo uniendo sus sesenta y tres composiciones por familias temáticas.
La creatividad es la enajenación de la realidad circundante, lo absorbe todo, como el deseo: es una pasión de la inteligencia que contamina todos los ámbitos de la existencia cotidiana. Centrada en el terreno poético, el poeta y novelista francés Pierre Jean Jouve avisó: «No hay poesía si no hay absoluta creación, y, en torno a esta creación como un nimbo permanente, el misterio debe permanecer. Creación y misterio forman el tesoro de la Poesía». El acto creativo como vocablo virgen de todo prejuicio; el verbo creado y creador, la palabra recién nacida —en suma— ocupa a este almeriense en suficientes composiciones como para constituir un bloque temático.
Así, la fuerza creativa ofrece una nueva y eterna existencia [1]; superando a la materia, el verbo se hace carne poética [2]; la palabra precisa naciendo de la afilada sombra [3]; cómo de cualquier proceso de disolución emana una poderosa fascinación creadora [4]; la fértil memoria llena los espacios del vacío que deja tanto palabrerío [5]; la creación entendida como persecución de esa belleza que nace del corazón del poeta [7]; la voz del poeta sumándose al telúrico canto de voces y ecos [13]; la inmensa riqueza del lenguaje permite que en él arda el fuego de la memoria [14]; el camino machadiano seguido por el poeta aviva las ideas poéticas [40]; un cuadro quemado trae el recuerdo del artista comprometido [41]; el destino de tanto verso descartado, al margen del poemario del tiempo [50]; la inspiración en los pájaros frente a la monotonía de los días [52], o descubriendo que todo está por (re)crear en un mundo que hay que hacer más amable [58] y el poeta [60] animando a vates y locos a perseverar en el camino de la lucidez —esa sagrada e inmortal actitud.